A partir de 2002, en Canarias comienza una senda de números negativos y en menos de ocho años se nos esfuman más de 2 millones de turistas extranjeros; cifra ruinosa ésta, sabiendo que habíamos construido un monstruo turístico, con su capacidad intelectual disminuida, que podía albergar a más de 18 millones de turistas anuales. Es a partir de este nuevo milenio cuando comienza a tambalearse este gigante con pies de barro y cabeza de paja, haciendo que se estremezcan todos los pilares económicos de esta sociedad.
Preguntas: ¿la evolución ha sido parecida en el ámbito internacional? Respuesta: rotundamente, no!
La progresión turística en el último medio siglo se ha proyectado al alza; cada año viajan más ciudadanos en el mundo. Ya sobrepasamos los 1.000 millones de viajes anuales al extranjero.
¿Será entonces la consecuencia de un arrastre nacional en esta materia? ¡No!
El crecimiento en España ha estado marcado por un buen desarrollo con continuas cifras positivas; a excepción de los dos últimos años de crisis. Entonces, ¿qué está pasado en Canarias? Es obvio que el modelo está obsoleto y es necesaria una profunda reestructuración.
2009 ha confirmado lo expuesto. Ha sido un año espantoso. Canarias fue la comunidad autónoma que más turistas ha malogrado, y con éste llevamos 8 años de difícil situación. Se ha retrocedido un 12,3% y sólo hemos albergado a 8,2 millones de turistas extranjeros. Por comunidades: 1.- Cataluña con 12,7 millones. 2.- Baleares con 9 millones. 3.- Canarias 8,2. 4.- Andalucía, 7,3. 5.- Valencia con 5,1 millones de turistas. 6.- Madrid con 4,8 millones. Recordemos que Canarias en 2002 fue la primera zona turística de España.
Durante el último ejercicio extraviamos un millón de turistas extranjeros que, según los análisis, decidieron elegir otros destinos. Por islas, el ránking queda de la siguiente forma: 1.- Tenerife alojó a 3 millones y tuvo una reducción del 11,8%. A pesar de todo registró los mejores resultados dentro del fatídico ejercicio. 2.- Gran Canaria recibió a 2,3 millones y retrocedió un 12,5%. 3.- Lanzarote albergó a 1,3 millones y presentó un descenso del 13,8%. 4.- Fuerteventura fue la isla que más turistas perdió con un 18% de disminución; recibiendo a 1,1 millones. 5.- La Palma muestra datos testimoniales, en comparación con las otras islas, ya que recibió a 106.000 turistas y retrocedió un 14%.
Uno de los parámetros más desafortunados fue el índice de ocupación, que se quedó en el 49,9%. Este dato transmite mucha información y evidencia de que no ha habido rentabilidad. Menos mal que la estancia media se ha mantenido estable en los 7,8 días.
El turismo en Canarias lleva años viviendo un cambio de inflexión en clave adversa. Por ello es muy urgente que se tomen medidas a corto y medio plazo para una reinvención integral, con fuertes cambios de estrategias para readaptarse a un nuevo modelo. Esto lo llevamos diciendo algunos años, pero no hay reactivos que produzcan el tan ansiado cambio de estrategias. Todo sigue empeorando progresivamente, a la espera de que se produzca un milagro. Los dirigentes andan perdidos y el tiempo está demostrando que cada día la situación está más enmarañada. Por ello es necesario unir esfuerzos "al máximo" y elaborar estrategias profundas e innovadoras que deben de estar entre sí muy coordinadas con el sector privado y el público, por encima de batallas políticas, pues sin duda nos estamos jugando el futuro.
El PIB turístico en Canarias lleva una senda de caída gradual desde 2003, y cada año pierde más influencia en la economía. En el ejercicio pasado, otro de los parámetros vitales, como es el gasto por turista, volvió a caer estrepitosamente, reduciéndose un 13,4%. Desafortunadamente, el turismo ha ido perdiendo peso en la economía desde hace 10 años, "y esto tiene una lectura más allá de la crisis actual".
No debemos "echar un tupido velo" sobre esta cadena de problemas, que son principalmente estructurales. Se está perdiendo competitividad en un tiempo al que se suma la crisis económica internacional, y esto exige medidas a corto y, sobre todo, medio y largo plazo. Para activar este sector es necesario realizar vitales ajustes estructurales a nivel de las diferentes administraciones, colateralmente con las empresas, que nos permitan explotar las ventajas comparativas de la oferta para buscar oportunidades de mercado.
Cerca del 85% de las empresas turísticas han registrado descensos en su rentabilidad. El pasado año fue complicado, pero, a pesar de todo, el sector mantuvo los puestos de trabajo, aunque a base de sacrificar los precios. Nos estamos enfrentando a unos retos estructurales que van más allá de lo que es una simple crisis temporal. El sector está aguantando, pero tienen que enfrentarse a una remodelación y reposición del destino en los próximos años. Los cambios tienen que venir por diferenciarnos de nuestros competidores y en seguir ofreciendo altos niveles de calidad.