De mi listado de lugares con encanto me quedaba por conocer Moscú y aprovechando el Congreso Mundial de periodistas, no lo dude ni un instante.
En primer lugar, aseverar que es una metrópoli segura, y miren que tuve el deleite de recorrerla en diferentes horarios, inclusive viajar en su metro de madrugada que es uno de los más espectaculares del planeta. Conclusión: los moscovitas son gente muy servicial y culta.
Antes de volar, hay que hacer algunas cosas que en ocasiones se convierten en un quebradero de cabeza. El pasado año, me había invitado el Ayuntamiento de Moscú a un “Press Trip” y me fue imposible obtener la documentación demandada, por lo tanto, me quede en casa. Es obligatorio sacar el visado y solo se puede obtener en España, en Madrid o Barcelona, con su consiguiente costo y tiempo. Para los no capitalinos los consulados rusos no valen para nada de esto. Desafortunadamente, en este caso, cuanto más pagues, antes lo tendrás. Destacar que los funcionarios de este país en España son como unos témpanos de hielo. A la amplia documentación que te exigen hay que añadirle la contratación de un seguro médico privado que es obligatorio. Toda este liante proceso hazlo con tiempo suficiente
Hasta aquí, todo es un enredo, cuando resuelvas estos pasos previos, ya no tendrás ningún tipo de dificultad más en la Federación Rusia.
Estuve siete días en esta megaciudad, y la verdad es que no dan para mucho. Es el centro político, económico, cultural y científico de la Federación. Es la segunda ciudad de Europa más poblada después de Estambul y la sexta del mundo. Habitan más de 12 millones de almas y la cruza su mágico río Moscava. Posee una amplia red de transporte que incluye tres aeropuertos, nueve estaciones de ferrocarril y uno de los más bellos sistemas de metro del mundo. Las mejores fechas para disfrutarla son desde finales de mayo hasta mediados de octubre.
Plaza Roja
La Plaza roja es el centro neurálgico de la capital; me fascino tanto que casi todas las tarde acababa en ella, descubriéndola y deleitándome. Solo en este enclave se puede pasar un par de días recorriéndolo. Entré por una de las puertas más emblemáticas, la de la Resurrección pasando por el kilómetro cero, no deje de visitar la pequeña iglesia ortodoxa que está a la entrada. Es preciosa, póngale unas velas, la tradición dice que volverá a Moscú.
Nada más acceder a la plaza -cuyo nombre es el color de la buena fortuna en Rusia y, por lo tanto, carece de significación política – nos encontramos con otro templo mucho más importante, la Catedral de Nuestra Señora de Kazan, el edificio actual es una reconstrucción del original, que fue destruido por órdenes de Stalin, en 1936. Estamos en el corazón de este palpitante estado, rodeado de las murallas del Kremlin y bajo ellas el mausoleo escrupulosamente custodiado de Lenin. Está tan bien momificado que parece que falleció ayer. En uno de sus frontales están los almacenes Gum, construidos entre 1890 y 1893. Con una arquitectura trapezoidal combina de elementos de la Rusia medieval, además de utilizar una estructura de acero y techos de vidrio de la era victoriana; es uno de los más elegantes centros comerciales del mundo.
La Catedral de San Basilio con sus famosas cúpulas en forma de bulbo y sus colores son la imagen más llamativa de la plaza. A pesar de lo que se suele pensar, la Catedral de San Basilio no es ni la sede del Patriarca Ortodoxo de Moscú, ni la catedral principal. Como parte de la Plaza Roja, San Basilio fue incluida en 1990, junto con el conjunto del Kremlin, en la lista de Patrimonio de la Humanidad. La plaza, día y noche está repleta de vida y en ella encontrará muchas más cosas.
El Kremlin
Para entrar en el Kremlin, de nuevo extremas medidas de seguridad, ya que allí vive el presidente. Accedemos por la torre del Salvador, custodiada por soldados engalanados. Kremlin significa fortaleza o ciudad fortificada. En Rusia puedes encontrarte con más de una veintena, la mayoría en antiguas ciudades medievales.
El complejo incluye actualmente cuatro palacios y cuatro catedrales, rodeados por las murallas, en las cuales se encuentran las torres del Kremlin. La fortaleza actual fue construida entre los siglos XV y XVI, pero no es la muralla original que era de madera y que data de 1147 cuando fue fundado Moscú. El Kremlin ha sido residencia de zares y hoy en día tiene dos funciones principales: Albergar el principal museo de Rusia y servir como lugar de trabajo oficial del presidente. Una gran parte es accesible, le aconsejo visitar tanto la plaza de las catedrales como la Armería. El recorrido le puede llevar como mínimo 4 horas.
La plaza de las catedrales, es un sensacional y bello conjunto monumental. Es célebre por ser el lugar de coronación y de procesiones fúnebres de los zares. Incluso, hoy en día se utiliza para la ceremonia de toma de posesión del presidente. Allí nos encontraremos: El Cañón Zar Pushka, un gigantesco armatoste de 38 toneladas de peso que fue puesto en servicio en 1586. La colosal Campana del Zar (dicen que la más grande del mundo), que pesa 216 toneladas y que fue fundida en bronce entre 1733 y 1735. El museo de la Armería que a pesar de su nombre también alberga una amplia colección de objetos de arte de la Rusia a partir del siglo V. Una de las colecciones más grandes del mundo de Huevos Fabergé, carruajes reales, coronas, vestimentas de los zares, etc. y el Fondo de Diamantes que es una de las exposiciones estrella.
Crucero
Le propongo hacer un crucero fluvial y plácido de medio día, en el Radisson Royal uno de esos exclusivos barcos restaurante que le dará una visión muy romántica de este conjunto urbano. Donde contemplaremos panorámicas fastuosas de La Catedral de San Basilio, el Kremlin, los rascacielos, la Catedral del Cristo Salvador, el legendario estadio de fútbol “Luzhniki”, la Universidad Estatal de Moscú, el parque Gorky, el monumento a Pedro el Grande, la antigua fábrica de chocolates “octubre rojo”, el convento de Novodevichy (Patrimonio de la UNESCO)…
La Catedral de Cristo Salvador
Surcando el sereno río Moscava, con el susurro de la ciudad, en lontananza, vislumbramos la monumental neobizantina Catedral de Cristo Salvador, junto a los jardines de Alejandro II, el zar que abolió en el siglo XIX la servidumbre de los mujiks. Construida entre 1839 y 1883 en homenaje a los soldados que lucharon contra las tropas napoleónicas.
Todos los monumentos de carácter religioso fueron destruidos por el régimen comunista y esta no fue menos, la demolió el stalinista Lazar Kaganovich en 1931, con el propósito de construir en su lugar un mastodóntico palacio de los sóviets, proyecto que se aplazó a consecuencia de la II Guerra Mundial y que acabó luego convirtiéndose en una gigantesca piscina.
Con el apoyo de Boris Yeltsin en 1994 empezaron las obras para rehacerla, siempre ajustándose al diseño de la primigenia. Es una gran obra de arte. Le invito a recorrerla con el máximo silencio y entremezclarse con los moscovitas que van habitualmente a rezar. Los iconos que la presiden son de una hermosura inusitada.
El metro
Una de las citas obligadas es un paseo en metro, algunas de sus estaciones son tan bellas y señoriales como los palacios vieneses. La primera línea fue inaugurada en plena época stalinista, en mayo de 1935. Cada día, se desplazan más de nueve millones de personas por sus más de 200 estaciones, 44 de ellas catalogadas como Patrimonio Cultural. El metro es, por su propia naturaleza, un lugar en el subsuelo, algo que para los amantes de la literatura rusa podría evocar el martilleo psicológico al que nos somete Dostoievski. Pero el metro de Moscú es luminoso y épico. Con ello se quería demostrar la “grandeza de la vida socialista”. Se suele decir que se trata de un auténtico palacio para el pueblo. Desde el inicio de la Gran Guerra Patria hasta 1943, cuando los ataques aéreos sobre Moscú finalizaron, el metro no solo fue un refugio contra los bombardeos, sino un segundo hogar para los moscovitas.
Entre las estaciones que sugiero visitar se encuentran Park Pobedi, dedicada a la victoria en la Segunda Guerra Mundial, es la más profunda (84 metros) y una de las más modernas; Vorobiovi Gori, situada encima del río Moscova, y junto al mayor parque de la ciudad. Hay una que destaca por su majestuosidad y lujo: Komsomólskaya, que tiene el nombre de las antiguas juventudes comunistas. Y una de mis favoritas es Elektrozavódskaya, construida durante la guerra, una estación de pilones al estilo soviético, con retratos de científicos y bajorrelieves de mármol blanco con estatuas de soldados, campesinos y obreros.
Paseo al anochecer
A la caída de la noche la capital se convierte en otra totalmente diferente, hay dos ciudades; una a la luz del día y otra bajo los llamativos alumbrados. A partir de los años 90 el ayuntamiento hizo un gran esfuerzo por hacer visibles innumerables atractivos.
Dando un paseo al anochecer, hay que volver a ver lo visto. Los rascacielos de la city, los podemos admirar desde el mirador situado en el jardín presidido por la figura del general Piotr Bagration, vencedor de Napoleón que se encuentra en la avenida de Kutúzov y luego recorrerla hasta la llamada colina de la Reverencia, alfombrada de sedantes fuentes luminosas para llegar a la columna de la Victoria. Debemos acercarnos a un espejo de agua donde se refleja el convento de las Doncellas, Patrimonio de la Humanidad. Seguiremos hasta la plaza Roja, donde lucen esplendidas, San Basilio, la Torre del Reloj y los almacenes Gum y para poner punto final al paseo, muy cerca está el Teatro Bolshoi, la meca del ballet clásico.
Moscú Plus
En Moscú hay cientos de lugares más de relevante importancia como: El Museo Estatal de Historia, El museo Pushkin, El Ministerio de Asuntos Exteriores, El Museo de la Cosmonáutica, La calle peatonal de Arbat, El Bunker 42, La Galería Tretyakov, El parque de Kolomenskoye, La Universidad, el Hotel Ukraina, los Apartamentos del Malecón Kotélnicheskaya, el edificio de la Plaza Kúdrinskaya, el Hotel Leningrádskaya, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Edificio Administrativo Puertas Rojas, El edificio de la Lubianka (cuartel general de la KGB).… etc. A todos ellos se puede acceder fácilmente en metro que es el medio más barato y rápido para moverse en Moscú.