Una excusa perfecta, una frontera tras otra. Navegando en tierra con alta tecnología. Navegando entre la memoria y el presente, al fin y al cabo. Un viaje tan increíble como cierto. Tan feroz en su forma como cierta la sensación de haber viajado en el tiempo. Debajo de un carácter envidiable se esconde tímida el alma de un poeta del sur que escribe una historia o dos.
O quizá varias a la vez. Todas unidas, todas separadas. Ahí en su guarida, salen de sus entrañas estos sueños que nos llevan tan fácil a la risa como al llanto, de la vergüenza a la dignidad y de la historia cabal a la vida miserable y genuina de sus personajes. Cuentos reales o imaginarios que traen consigo el pan que les falto a unos, la suerte a otros y la felicidad de seguir vivos a otros tantos. Atunes, toros, cañones, tropelías, barcos, grumetes, terror, faros, carreteras, miseria y mil actores más, aparecen tras este telón de papel que no es posible apartarse de los ojos aunque nos estén mangando la cartera. La historia de los vencedores, el recuerdo imborrable de los vencidos. Batallas terribles en el mar y senderos de polvo y hambre. Vida intensa siempre. Vida heroica de quien se afana en la gloria. Una extraordinaria visión del mundo que fue y del mundo que es hoy, tanto si vas armado como un caballero medieval y con un caballo de hierro, como si vas en alpargatas, vestido de harapos y más muerto de hambre que el perro de un afilador. Los datos no engañan, el escritor tampoco. Donde está pues, el truco? Para saberlo, deben leerlo y partirse de risa, de miedo, de asombro y de felicidad. Los de fuera que creen conocer estas tierras, acordarán más tarde conmigo que no es así en absoluto.