Pero ¿qué es un smart destination? En pocas palabras, podríamos decir que es un destino turístico que dispone de una política determinante y planificada relacionada con la gestión eficiente e inteligente del territorio, los recursos naturales y las tecnologías de la información.
Partiendo de esta definición, me gustaría hacer hincapié en un aspecto de esta definición que tal vez no se esté reivindicando lo suficiente: la gestión y preservación de forma planificada, eficiente e inteligente del territorio y sus recursos naturales.
Un destino turístico no puede ser considerado como tal si como lugar geográfico no está dotado de atractivo turístico ni es apto para satisfacer el interés del turista. En un destino con un entorno natural tan frágil como es Canarias, crecer únicamente para atender la demanda actual de clientes y sus representantes es una apuesta poco inteligente si con ello se rompe el frágil equilibrio del territorio, si el valor diferencial que nos hace únicos desaparece.
Lo que nos hace únicos, singulares, no es contar con una extraordinaria planta alojativa, con un servicio formidable que se presta en múltiples idiomas, ocio complementario y buenas conexiones con los países emisores (ha de ser más que un deseo para convertirlo en una realidad medible). Lo que nos convierte en un destino único es el territorio. Este es nuestro mayor activo y hemos de cuidarlo con una planificación inteligente y, sin duda, haciendo uso de la tecnología, pero también poniendo en valor nuestra cultura, nuestra gastronomía y nuestras tradiciones.
La suma de todo ello nos permitirá ser un destino naturalmente inteligente.