Es uno de los productos con mayor proyección, tradición y oferta dentro del panorama del turismo deportivo español, tanto por sus efectos directos en los ingresos, como por la contribución que aporta al desarrollo del turismo de calidad, a la diversificación y desestacionalización de la oferta.
En los últimos años, la práctica de este deporte se ha popularizado considerablemente y los 80 millones de jugadores actuales en el mundo podrían ser más de 120 en menos de diez años. Pero hay algo que progresa todavía más: los jugadores que viajan en busca de “experiencias de golf”. Esto da lugar al desarrollo de un nuevo y atractivo sector dedicado a crear, vender y operar viajes de placer orientados a esta actividad. En Europa, representa más de 1,7 millones de viajes anuales de los que casi un 60% son internacionales. En este atractivo mercado europeo, España goza de una clara y destacada posición de liderazgo con una cuota de mercado cercana al 34% y un volumen de negocio de mil millones de € muy por delante de Portugal que ocupa el segundo lugar.
La mayoría de los visitantes que lo practican en nuestro país proceden del Reino Unido (60%), seguidos de los escandinavos (15%), alemanes (12%) y franceses (5%). Los destinos preferidos son Andalucía (57%), en segundo lugar, Baleares (18%) y en porcentajes muy inferiores, Valencia (6,2%), Murcia (6%), Canarias (5,2%) y Cataluña (5,1%). Se alojan en hoteles (45%), apartamentos (17%), y un (12%) en segundas residencias compradas en España.
Cabe destacar asimismo el alto interés en realizar otro tipo de actividades durante la estancia, sobre todo saborear de una buena gastronomía, hacer compras y deleitarse haciendo excursiones. El turismo de golf podría convertirse en uno de los sectores más importantes del turismo receptivo español aprovechando nuestro posicionamiento como líder a nivel mundial y la fidelidad del turista hacía España. Sin embargo, no debemos relajarnos en nuestro empeño por seguir creciendo, mejorando la promoción y comercialización. Es necesario aumentar las ventajas competitivas.
La distribución de los campos de golf en España es muy desigual. Andalucía despunta con creces, con 81, seguida de lejos por Cataluña con 42 campos y a considerable diferencia: Madrid, Valencia, Baleares y Castilla y León. Le sigue Canarias en séptima posición muy de lejos. Sólo Andalucía cuenta con el 27% de todos los campos.
Estados Unidos tiene 27 millones de jugadores y más de 17.000 campos, representando el 54% de los campos existentes en el mundo, le sigue Japón con cerca de 3.000 campos, Canadá con 2.000, Inglaterra con 1900 y Australia con 1600. En nuestro continente ya hay cerca de 7 millones de jugadores y unos 6.000 campos. España cuenta con 258.214 jugadores federados de golf (2004) y 294 campos de golf. Del número total de turistas que nos visitaron, 2,6 millones jugaron al golf. Los que visitan España para practicar esta actividad desean jugar al menos en 3 campos distintos. La duración media de la estancia es de 9 días. El gasto medio diario para los que no han reservado un paquete es de 267 euros incluido el viaje. Para los alemanes, británicos y suecos España es el primer destino de golf.
Los principales rasgos de la demanda de turismo de golf a España son: un perfil masculino y de mediana edad – el 46% tienen entre 46 y 60 años-. La mayoría tienen estudios universitarios. Viajan principalmente con amigos o con su pareja. Conocen los campos a través de recomendaciones de amigos y/o familiares. El clima es el principal motivo a la hora de escoger España, además de su fácil acceso y los atractivos de las zonas. La hospitalidad y el entorno natural son los aspectos más valorados.
En Canarias no se llega la veintena de campos de golf. El auge de este deporte de larga tradición en las Islas hace que la demanda de campos entre los turistas sea cada vez mayor. Sin embargo, más allá de modas y de la apuesta actual por captar un turismo de mayor calidad que la proliferación de campos de golf representa, el juego del golf en Canarias hunde sus raíces en las íntimas relaciones comerciales que existen desde el siglo XIX entre éstas y las Islas Británicas. Los comerciantes aquí instalados mantenían sus costumbres muy arraigadas, por lo que, con la colaboración de familias canarias, se construyeron los primeros hoyos del que sería también el primer campo de golf de España: El Real Club de Golf de Las Palmas, que data de 1871.
Hoy el turista que quiere practicar el golf en sus vacaciones encuentra en Canarias como ventaja frente a otros destinos la posibilidad de jugar durante todo el año, gracias al clima. A su vez, la diversidad de los paisajes de las Islas es una peculiaridad que permite el juego junto al mar, o en cualquiera de los campos situados en los interiores rodeados de montañas y valles con frondosa vegetación. La especialización turística en Canarias proporciona una avanzada infraestructura de servicios que satisface cualquier exigencia. Además, una moderna red de transportes y carreteras que posibilita la práctica del golf en los diferentes campos.