Este segmento engloba a todos “aquellos productos y servicios que se han diseñado para mejorar y mantener la salud a través de una combinación de actividades de ocio, recreación y educativas; para conservar y recuperar la salud, en suma para descansar”.
El turismo de salud responde a distintas necesidades físicas y psicológicas del individuo. Para algunos, está ligado a la recuperación de una enfermedad, mientras que para la gran mayoría, incorpora nociones de bienestar, superación y forma física. Tradicionalmente se ha identificado con la oferta de estaciones termales. Sin embargo, las definiciones más flexibles del turismo de salud dan cabida al turismo de aventura y al deportivo, para los cuales la forma física es fundamental, además del turismo en centros con oferta de tratamientos estéticos, bienestar y puesta en forma.
Este subsector se adecúa a las nuevas tendencias. Responde a un creciente interés por la salud y bienestar, ya que tiene, una actitud más hacia la prevención que a la curación. Se puede practicar durante todo el año.
A partir de las tipologías de “SPAs” (centros de hidroterapia) la oferta se pueda agrupar en tres grandes categorías: a) centros de día, los componen principalmente los centros de salud, belleza o clubs deportivos que no ofrecen alojamiento; b) amenity spas, son los centros de salud y belleza que aportan un complemento más al alojamiento, no es el principal y por ello no atraen por sí solos a los turistas. La mayoría de los servicios y tratamiento no están incluidos en el precio de la habitación; c) hotel-resort spa: el Spa es el elemento principal de la oferta y la motivación preferente del cliente. En esta categoría se encuentran los balnearios, las talasoterapias, los centros de salud, etc.
La oferta se concentra en las siguientes tipologías de establecimientos: balneario o estación termales son aquellos que tienen instalaciones con aguas mineromedicinales, servicios médicos e instalaciones para llevar a cabo tratamientos terapéuticos. Dan servicios tanto para tratar dolencias o prevenirlas, como para pasar unos días de descanso y puesta en forma mediante procedimientos marcados por un carácter lúdico. Las talasoterapias son en las que se utiliza el agua del mar como ingrediente fundamental de los tratamientos, combinada con algas, lodos etc. de origen marino. Los componentes del agua de mar aportan las propiedades en los tratamientos.
En su origen, el turismo en Canarias fue de salud. Mucho antes de que los nórdicos popularizaran el uso de las playas para tomar baños de sol y mar, los británicos (primeros turistas que recibió nuestro archipiélago), habían descubierto las bondades de su clima y de sus aguas de manantiales y fuentes termales. Las islas comenzaron a ser conocidas en Europa por estos dos factores y entraron a competir con los balnearios tradicionales. Hay constancia de que ya en la segunda mitad del siglo XIX Canarias era un destino de turismo de salud apreciado y de referencia. Los cónsules británicos daban cuenta en sus informes de la salubridad del clima canario, “partes” que se veían reforzados con escritos de otros visitantes que habían conseguido aliviarse en las Islas de dolencias pulmonares y reumáticas, sobre todo. La fe en las propiedades curativas del clima y de las aguas fue extendiéndose. Llegaron a ser especialmente importantes la Fuente Santa de La Palma y los balnearios de Gran Canaria. La escasez de agua acabó con estos lugares, de forma que únicamente goza de tal consideración en la actualidad el de El Pozo de la Salud, en El Hierro. Sin embargo, el turismo siguió acudiendo a Canarias en busca de su excelente clima. Los baños en agua de manantial fueron sustituidos posteriormente por los baños de mar y los cuerpos se descubrieron al sol para descansar.
Hoy a la oferta de sol y playa se han sumado servicios complementarios que giran en torno a la salud y el culto al cuerpo. Numerosos establecimientos hoteleros ofrecen diferentes tratamientos. Pero, en Canarias esta oferta está atomizada y poco organizada como sector. El tipo predominante corresponde al “hotel resort spa”, el cual ofrece una espacio dedicado al turismo de salud. Una parte importante de este segmento se ha desarrollado de la mano de los grandes grupos hoteleros, que se muestran interesados por incorporar servicios de esta característica. La mayoría que los poseen, no los consideran motivadores principales de la estancia. Representan solo un complemento más, no un elemento clave y diferenciador.
Tenemos un clima especialmente favorable, para el desarrollo de estas terapias, con muy buena accesibilidad al agua de mar, con una importante riqueza de algas y unos extraordinarios fangos volcánicos; estrechamente asociados a una excelente calidad de la oferta hotelera y complementaria. Los congresos e incentivos son los principales clientes consumidores de estos productos. Los mayores consumidores se encuentran en los países que más turistas aportan a Canarias, por ello hay que aumentar la demanda de viajes por esta motivación, ya que tenemos a los clientes. Para ello hay que desarrollar políticas que incentiven estos productos que tanto se demandan. Canarias debe desarrollar y consolidar su posicionamiento como destino de turismo de salud, mejorando la organización y cooperación del sector e impulsando la promoción y comercialización.