En dicha conferencia se hizo hincapié en crear una plataforma para el análisis y definición de lo que supone la desestacionalidad en base a una colaboración público-privada. Asimismo era fundamental tener en cuenta las prioridades de los habitantes del lugar para la determinación política de planificación y ejecución. Hay que considerar que el turismo, como fenómeno global, se inserta en un mercado con crecimiento sostenido y con ofertas cada vez más competitivas e innovadoras. En base a esto la OMT definió una metodología
Se entiende por “estacionalidad” el desequilibrio temporal provocado principalmente por una mayor concentración de flujos turísticos en ciertos periodos del año. En ella están implicados factores de oferta y demanda. La estacionalidad puede deberse a factores naturales (clima, naturaleza, medioambiente, etc.) y a determinadas condiciones institucionales (organización, periodos vacacionales, tradiciones, eventos especiales, etc.). Se plantea la “desestacionalización” para aprovechar por más tiempo los recursos turísticos existentes, generar nuevos recursos, favorecer la continuidad en el empleo, mejorar los aspectos culturales de la comunidad receptora y fomentar la multivariedad del destino.
La desestacionalización es importante en diferentes puntos de España (sobre todo en aquellos donde la economía es más dependiente del turismo masivo, o en zonas de turismo especializadas en una actividad temporal). Asimismo la estacionalidad está muy conectada con condiciones climatológicas o fechas generales de vacaciones. Las primeras respuestas para superar la estacionalidad provienen de: alargamiento del tiempo de vacaciones, turismo de tercera edad, turismo sanitario en Balnearios y Spas, alargamiento del periodo estacional regular mediante incentivos económicos, y elaboración de planes de desestacionalización que identifiquen potenciales oportunidades y creen nuevos productos turísticos.
Las grandes ciudades y los lugares que cuentan con destinos más diversificados por ciertas características (conciertos, sol y playa, eventos, práctica de diversos tipos de deporte en un área cercana, monumentos o parques naturales a distancia accesible, etc.) son los destinos más susceptibles de no depender exclusivamente de la estacionalidad. No es lo mismo potenciar la estacionalidad con muchos eventos ocasionales (conciertos, exposiciones, etc.) que crear una imagen perdurable de este tipo de eventos.
La desestacionalización puede suponer la mejora de infraestructuras, servicios, percepción de la calidad turística y de los beneficios sociales y económicos de la actividad productiva del lugar. Siempre hay que tener en cuenta que estamos en una sociedad global que poco a poco va aumentando el número de turistas, pero que esta actividad no es accesible a toda la población mundial por diversas circunstancias. El hecho de aumentar la estabilización de un lugar suele suponer la bajada de otro destino. El porcentaje de turismo personal y de grupos no supone el 100% de la actividad personal o grupal, sino bastante menos. Guerras, revueltas, pobreza, deficiencias educativas de muchos, dificultad de comunicaciones (desde y hacia), etc. pueden dificultar el acceso a destinos y agudizar la estacionalidad.
Teniendo en cuenta los casos de Andalucía y del Levante español, el primer factor que produce estacionalidad está formado por las pautas y estilos vacacionales de los principales mercados emisores (españoles y europeos). Los índices de estacionalidad de los diferentes destinos españoles de entre las zonas indicadas se están manteniendo sensiblemente iguales desde hace varias décadas. Solo en el caso de mayor diversificación de un destino por mejora en la calidad de las comunicaciones o por diversidad de ofertas (deporte, museos, lugares naturales, eventos culturales, etc.) puede plantearse una desestacionalización. Todo ello supone adecuación y optimización de infraestructuras, servicios, instalaciones y establecimientos turísticos, mejora de la percepción de la calidad turística, y percepción de beneficios sociales y económicos.
Hay que tener en cuenta que la desestacionalización suele suponer muchas veces traslado de un destino a otro, a no ser que se produzca con rapidez un aumento de la capacidad económica o de la estructura de comunicaciones de un determinado país emisor.
Para promover la desestabilización en Andalucía y Levante han de ampliarse las temporadas mediante ofertas especiales o con la potenciación de un turismo social a nivel regional, nacional y europeo. Pueden preverse para este fin viajes combinados dentro del conjunto de un territorio.
La cooperación entre lo público y lo privado supone adoptar políticas institucionales y corporativas para la redistribución y la complementariedad territorial de los períodos vacacionales, fomentar la minivacación (solo posible con buenas comunicaciones por tierra o aire), y crear para ello campañas institucionales.
Para asentar la desestacionalidad hay que actuar sobre nuevos aspectos turísticos en la temporada baja: turistas sin limitaciones temporales de estancia, presentación de productos menos estacionales, saber las características de la demanda y trasmitirlas al sector privado o público que pueda ejecutarlas (sobre todo en propuestas de aprendizaje y profesionalización para la comercialización e implantación de sistemas de calidad).
Esta síntesis y consideraciones indicadas tratan de reflejar lo presentado y debatido en la III Conferencia sobre la Desestabilización presentada por la OMT dentro del marco de la X Feria de EUROAL en Torremolinos del 3 al 5 de junio de 2015. La gran calidad de todos los participantes puede ser un indicador de que se va por la dirección correcta.
