A partir de la segunda mitad del siglo, las preferencias se orientan hacía dos vertientes: los turistas que preferían “el sedentarismo” con estancias en una playa o un balneario, y los que les apetecía “el desplazamiento o el itinerario”.
Las predilecciones y motivaciones de los viajeros de esa época fueron:
- Las playas. Tanto las frías del norte Europa, como las más cálidas del mediterráneo, pero muy especialmente las de La Costa Azul francesa.
- El termalismo. Haciendo especial mención a los europeos.
- Los flujos hacia las playas originaron una abundante actividad social, produciéndose inercias alrededor de los casinos del sur de Europa.
- El contacto con la naturaleza, el paisaje y la práctica de deportes de invierno, preferentemente en las zonas alpinas de Suiza e Italia. En este espacio de tiempo se crean numerosos centros de excursionistas.
Desde la segunda mitad del XIX hasta la I Primera Guerra Mundial se experimentó un cierto “boom” turístico. Las corrientes turísticas comenzaban a tener dimensiones destacables y sobrepasaban todo lo conocido hasta entonces. El turismo se había desarrollado como un simple fenómeno local y se fue transformando en mundial. Países como Austria, Suiza, Francia, Gran Bretaña e Italia, entre otros, obtuvieron considerables réditos. En lo que se refiere a la evolución en el continente Americano podemos subrayar: La creación de los primeros Parques Nacionales en Estados Unidos (1.872) y los centros turísticos de costa, como el de Atlantis City, próximo a Nueva York (1824), o los de la península de Florida. Y en el sur del continente, la creación de los centros turísticos de Mar del Plata, en Argentina y Viña de Mar en Chile.
Pero el afianzamiento de este gran invento británico, se produce ya en el siglo XX. Tras la II Guerra Mundial, instante en el que se conjugan las principales condiciones para el impulso masivo. Sin embargo, durante la primera mitad del siglo (1900-1945), la actividad turística moderna se va a robustecer por una serie de hechos históricos:
- La evolución del transporte: nacimiento del automóvil. La prehistoria del automovilismo y del autocar como medio colectivo de transporte se sitúa entre 1914 y 1921 como consecuencia del comienzo de la fabricación de una serie de ambos tipos de vehículos. El primer autobús, tal como lo entendemos hoy, fue construido por Frank Fageol, en 1921 en Estados Unidos. Este período se identifica por el auge paulatino del transporte de automotor y posteriormente la entrada con mucho ímpetu de la aviación comercial. Los vehículos se fueron adaptando al transporte de pasajeros y entre 1910 y 1920, los ingleses comenzaron a realizar excursiones en autobús. Sin embargo, el ferrocarril y el barco, hasta mediados del XX son los medios turísticos con mayor incidencia.
- Desde finales del siglo XIX hasta después del estallido de la I Guerra Mundial se caracteriza por un turismo de las clases acomodadas burguesas. El periodo entre guerras (1918-1939) tiene una curva ascendente en el desarrollo del turismo, excepto durante el crack del 29 que produce una depresión económica en EEUU que se extiende por Europa, repercutiendo gravemente en el turismo durante más de un lustro, de este trance se comienza a salir en 1938, un año antes del comienzo de la II Guerra Mundial.
Durante este atroz conflicto (1939-1945) se causó una parálisis económica que repercutió de forma muy negativa en el incipiente sector. La recuperación durante la posguerra se prolongó unos años y es a partir de 1950 cuando comienza de nuevo la verdadera curva ascendente del turismo, originando el período de oro; “el boom turístico”. Los posteriores 25 años se consideran uno de las etapas de mayor expansión.
Los factores que hacen posible la explosión del turismo de masas son:
- Factores políticos: en el planeta se comienza a vivir un periodo prolongado de paz, a excepción de algunos conflictos, lo que permite el crecimiento del turismo en las zonas de estabilidad política: el mediterráneo, Centroeuropa y Estados Unidos.
- Los elementos económicos. A partir de los 50 aumenta el poder adquisitivo de capas de población en los países occidentales como consecuencia del desarrollo industrial y productivo. Se consolidan las clases medias.
- Agentes educacionales y culturales: la expansión de la educación y la cultura despierta un mayor interés por conocer otros pueblos.
- Componentes sociológicos y laborales: la expansión de la población urbana e industrial y los problemas que plantea esta nueva y agitada vida, provocando el deseo de evasión, descanso y recreo. Con las mejoras de las condiciones laborales y sociales disminuyen las jornadas laborales, lo que permiten el establecimiento de vacaciones anuales retribuidas.
- Ingredientes técnicos: los grandes avances tecnológicos, la comunicación y el transporte: el automóvil, el autocar, el ferrocarril, el avión etc. van a permitir viajar con más rapidez y comodidad a las zonas más lejanas del mundo con un abaratamiento progresivo de los precios y en especial el de el avión.
- Factores psico-comerciales: la expansión de la publicidad y las técnicas de marketing propician una gran penetración e influencia y establecen un aumento de la motivación.
En esta fase se origina el despegue decisivo y desarrollo masivo de la aviación comercial. Las aeronaves experimentan un progreso técnico considerable, se pasa de la hélice al reactor, se inician los vuelos nocturnos, se amplía la capacidad de los reactores, los aeropuertos mejoran sus equipamientos, se aumenta la velocidad y se mejoran técnicamente las aeronaves.
Con lo que respecta al derecho aéreo se flexibiliza mediante una serie de conferencias internacionales que dieron nacimiento a la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) en 1945 en La Habana. Todos estos hechos pusieron a la aviación al alcance del turismo internacional. El avión a reacción, el avión de gran capacidad y el vuelo chárter hacen que el turismo se dispare. Es a partir de este instante cuando esta actividad ya no va a parar y su progresión va a ser espectacular en todo el mundo. En 1950 según la OMT se movieron 25 millones de turistas extranjeros, en 1970, 69 millones, diez años más tarde 190 millones y en 2006 la friolera que cantidad que sigue creciendo de 842 millones de turistas.