El turismo en Canarias víctima del 'Brexit'
Esta semana es histórica, no sólo porque, de nuevo, hay elecciones generales en España; sino porque, por primera vez en la historia, desde la constitución de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, a mediados del siglo pasado; un miembro destacado del club quiere marcharse. Se trata de la segunda economía europea. David Cameron, su primer ministro y líder del Partido Conservador, prometió a su electorado un referéndum de permanencia. El asunto, verdaderamente trascendental ha pasado casi desapercibido en nuestro país, pero ello pone en jaque a medio planeta porque las encuestas avalan esta ida.
En clave simplificada, las repercusiones del Brexit se reflejarán especialmente en la estrecha conexión comercial entre las economías británica y española. El efecto negativo representará un desplome de los flujos comerciales, con el turismo como primera víctima, seguido del sector inmobiliario.
El Reino Unido es el principal emisor de turistas a España, en el pasado ejercicio lo visitaron 15,6 millones, representando más del 20% del gasto turístico total en el periodo. A la vez hay que sumarles unos 350.000 residentes en nuestro país.
Canarias es su destino favorito, el sol y la playa durante todo el año son los principales alicientes de aquellos que buscan la desconexión paradisíaca a muy buen precio, sin tener que pasarse días viajando para saltar de continente. El año pasado recibimos a 4,3 millones, representando el primer país emisor en el archipiélago. Nota a destacar: hay unos 30.000 residentes que están muy preocupados por lo que puede pasar.
Es previsible que una libra devaluada encarezca los planes vacacionales de estos potenciales turistas, por tanto residentes como turistas, verán mermado su poder adquisitivo y el gasto a realizar. Nuestro destino comenzara a ser caro. Esto podrá suponer una fuga de turistas británicos a lugares más asequibles.
En caso de ruptura con la UE, la depreciación de la libra esterlina estará entre un 10 y un 20% y es altamente probable que su duración sea indeterminada; como alerta el Institute of Economic Affairs de Londres.
Respecto al sector inmobiliario, hay que tener en cuenta que muchos británicos adquieren inmuebles. La salida de Reino Unido del proyecto comunitario puede paralizar esas inversiones y la ralentización del mercado de la vivienda se dejará notar, especialmente en las zonas de fuerte demanda británica como son los dos archipiélagos.
Este territorio que su economía depende en su totalidad del sector servicios, es decir, del turismo, sus máximos mandatarios inmersos en mantener su trabajo, no han dicho ni “mú…”; supongo que no saben ni de qué hablamos.