Marruecos, nuestro eterno vecino
Una de de las cuestiones que más nos demandan los agentes turísticos con objetivos inversores en Canarias, es el análisis de situación de nuestro potencial competidor Marruecos: como receptivo cercano, con unas importantes cualidades climáticas, culturales, históricas y con una planta alojativa óptima.
Los estudios efectuados estiman que aún no es un destino sólido, por lo tanto no es un producto consistente. Tiene significativas carencias y debilidades en uno de los componentes intangibles más requeridos relacionado con aspectos globales de coherencia: “la seguridad”. Destacando: el clima general de tranquilidad esperado, la capacidad de intercambió con los nativos y sus costumbres, el cuidado del medio ambiente, la confianza en que se cumplirán las expectativas creadas. La estabilidad política, social y organizativa; la existencia de un sector turístico receptivo con códigos de calidad, la presencia de infraestructuras suficientes, con una adecuada vigilancia, señalización, limpieza… Facilidad de intercambios de moneda, ausencia de robos, hurtos y picaresca; suficientes fuerzas de seguridad, la posiblibilidad de riesgos de conflictos, de inestabilidad…
A todas estas importantes particularidades hay que añadir que las bases de la economía flaquean. Las alarmas se han encendido en Marruecos y según los empresarios del país el Gobierno no se encuentre a la altura de las circunstancias.
En este país, las crisis siempre comienzan por la agricultura, golpeada por la sequía. La temporada 2004-2005 ha sido francamente dura. La cosecha será al menos un 40% inferior a la de un año normal. El dato es especialmente acuciante porque el 47% de la población marroquí -sobre 14 millones de habitantes- vive en el campo y del campo y este sector absorbe el 50% de la población activa, representando casi un 22% del PIB. El éxodo rural, ya que de por si, es muy elevado; la pertinaz sequía lo aumentará considerablemente.
A la escasez de agua se le añade el derrumbamiento textil, principal industria exportadora (34% de las ventas en el extranjero), la caída constante de la cuota de mercado de la confección marroquí en Europa está siendo propiciada por el incremento de la china, mucho más barata. Hay amenazados a corto plazo unos 40.000 puestos de trabajo y ya se han destruido cerca de 100.000.
Marruecos está en apuros y según estudios internacionales no hay visos que de aquí al 2020 esta situación mejore. Las previsiones económicas apuntan que el crecimiento nominal del producto interior bruto previsto hasta el 2015 disminuirá sobre 1% y en el los mismos ratios se situará la creación de empleo.
Los sectores productivos reclaman una devaluación de la divisa para hacer frente a la competencia. La depreciación del dirham, podría oscilar entre el 7 y el 15%. En lo que va de año el déficit llega a la cifra record del 30%. Por todo ello los empresarios están convencidos de que la situación económica es bastante compleja y el déficit público comienza a disparase.
Otro de los factores agravantes es el encarecimiento de la energía. Las subvenciones energéticas, agrícolas y textiles están descuadrando los presupuestos del estado y por ello el gobierno ha puesto en marcha un plan de incentivos para deshacerse de funcionarios que hayan rebasado los 45 años. El estado a la vez ha iniciado las ventas de algunas empresas públicas rentables con el objeto de tapar algunos boquetes económicos considerables. Todas estas medidas ayudan pero no son suficientes según los estudios de algunas consultoras. Se deberán acometer drásticos recortes en el capítulo de inversiones con el fatídico riesgo de ralentizar la maquinaria económica. El decrecimiento alentará el paro y la pobreza. Algunas delegaciones internacionales se quejan de la lentitud de las reformas, de la deficiencia del sistema educativo y financiero y del mal funcionamiento de la justicia creando un mal ambiente que no es propenso para los negocios.
Las desventajas de este país vecino en este mundo de la globalización son la lentitud de sus procedimientos administrativos, la legislación comercial, el no correcto funcionamiento de la justicia. Sus complejas aplicaciones, la fiscalidad y el elevado coste de la energía, superior al de otros países no productores de crudo. Tampoco debemos olvidarnos del conflicto del Sahara.
Con estos datos es obvio que la situación por la que pasa este vecino país no es la más adecuada desde el punto de vista de la racionalidad para ser un importante competidor turístico de nuestro archipiélago canario.