Guanajuato
“Nunca terminarás de conocer Guanajuato”. Así de tajante es la opinión de una experta viajera como Anna Alarcón. Y es que el Estado mejicano de Guanajuato tiene tanto que ver, que no te queda otra que volver.
Es, entre otros muchos atractivos, el país de las mil leyendas. Todo el que llega a la capital empieza preguntando por el Callejón del Beso. La leyenda de dos enamorados al estilo de Romeo y Julieta.
El padre de ella no aprobaba esa relación y la mató al descubrir que la pareja se veía a través de los balcones de dos casas separadas tan sólo por 78 cm.
Nadie que llegue a Guanajuato tampoco querrá perderse una “Callejoneada”. Otra experiencia que te permite conocer las entrañas de la ciudad. Consiste en reunirse con un grupo de personas en el Mercado Hidalgo y recorrer callejuelas que te llevan al Teatro Juárez. Allí te espera la Estudiantina. Una tuna que te acompañará por nuevos callejones y plazuelas, contando más y más leyendas. Y cantando y bailando canciones típicas mejicanas ¡y actuales!, en las que no podrás resistir participar.
La ciudad de Guanajuato -declarada Patrimonio Nacional por la UNESCO- está rodeada de una impresionante y colorista arquitectura que luce su esplendor gracias al ambiente jovial y festivo que permanece todo el año.
Entre callejones, plazas, templos, casonas virreinales y museos, en esta capital confluye la historia de todo Méjico. Sin olvidar su sabrosa gastronomía, que tiene algo de místico y sensual. Las palabras del Chef Cuautémoc Herrera son harto convincentes: “Cuando regreses a tu país ya no podrás ocultar a tu madre que hay una comida que te gusta más que la suya”
Pueblos mágicos y Pura Naturaleza
Guanajuato tiene cinco pueblos mágicos que no hay que perderse: Dolores Hidalgo, Jálpa de Cánovas, Salvatierra, Yuriria y el fantasmal Mineral de Pozos. Todos brillan por muchos motivos: su arquitectura colonial, su arqueología, sus antiguas haciendas y sus innumerables festivales de todo tipo que se celebran a lo largo del año.
Pero, seguramente, lo más destacable de estos pueblos y de todo Guanajuato son sus gentes. El trato que éstas dispensan a sus visitantes es uno de los mejores recuerdos que uno se lleva de regreso a casa. En este sentido, puede encontrarse con enigmáticas chamanas como Consuelito. No sólo percibe tu aura, sino que predice tu futuro (“lo que te va a pasar”) de forma sorprendente –como hizo conmigo—durante el ritual de las “tortillas de maíz”.
Pero si el visitante tiene alma de Indiana Jones, también podrá descubrir en Guanajuato grandes áreas naturales protegidas donde escalar cañadas y picachos, descender a las entrañas de la tierra practicando espeleología. O volar como las aves en parapente o en globos aerostáticos al lado de águilas o gavilanes (hay en esos hábitats más de 180 especies de aves, mamíferos y reptiles, aparte de una fantástica flora).
Por otro lado, la intensa actividad volcánica de la región formó, a lo largo de millones de años, paisajes y cráteres que, al descubrirlos, te parecerá estar pisando el planeta Marte o la Luna. O estar soñando cuando veas enigmáticos lagos con aguas color de la sangre. Hablando de otras aguas, también puedes beneficiarte de buen número de balnearios de aguas termales muy apreciadas por sus propiedades medicinales. Su riqueza y organización turística es tan valiosa que la OMT (Organización Mundial de Turismo) le otorgó recién el Premio a la Excelencia.
En este sentido, Carlos Castaneda cuenta en su viaje a Ixltian su interesante experiencia con un lugareño: “Me llevó a caminar por el chaparral del desierto. Caminamos horas. Me enseñó “la forma correcta de andar”. Dijo que yo debía curvar suavemente los dedos mientras caminaba para mantener la atención en el camino y los alrededores. Que nunca debía llevar nada en las manos, sino, en todo caso, una mochila. Su idea era que, obligando a las manos a adoptar una posición específica, uno era capaz de mayor energía y lucidez”
Los guanajuatenses parece que “te están esperando”
Finalmente, una de las mejores experiencias en Guanajuato es disfrutar de gratas veladas al calor de una fogata bajo las estrellas, charlando –platicando, dicen ellos— con sus habitantes. Escuchando las múltiples leyendas que esconde cada rincón del país y que desafían al sentido común. “Son historias misteriosas, transmitidas de generación, en generación, que forman parte de la identidad y del inconsciente colectivo de Méjico” afirma Rogelio Martínez, un experto en turismo.
La hospitalidad y generosidad de sus habitantes es su mejor valor. Cuando escuchas y miras a los ojos a un guanajuatense tienes la sensación de que “¡te estaba esperando!”
Más info: Oficina de Turismo de México; Cª San Jerónimo 46, Madrid; Guanajuato.mx;