La estrategia en la promoción del turismo
“La búsqueda de las apetencias de los mercados turísticos, tiene que ser la base para desarrollar un buen trabajo de adecuación de nuestros valores a las exigencias de esos mercados, promocionándolos honestamente con la máxima calidad”
En el escenario actual en que se encuentra el movimiento del turismo mundial, la formación de los recursos humanos en cuanto al conocimiento de la estrategia que hay que emplear para como gestionarlo, adquiere un significado estelar ya que todo ese conglomerado de acciones que se mueven en torno a él, exigen unos conocimientos profundos para que la gestión sea todo lo fructífera que se necesita para erradicar en el mundo la pobreza y para nivelar la calidad de vida de todos sus habitantes, como bien lo tiene esclarecido la Organización Mundial del Turismo, en todos sus postulados.
Parecería de Perogrullo el referirnos al conocimiento como base para plantear unas buenas estrategias a la hora de planificar el desarrollo del turismo en determinado lugar, llámese país, zona, pueblo, ciudad, etc., pero nuestra larga experiencia en el sector nos indica que por ahí tenemos que comenzar nuestro comentario, dadas las mas horribles situaciones que hemos encontrado en esto del tratamiento del citado tema.
Si no fuese por que conocemos interiormente como se manejan estas cosas, nos parecería imposible que elementos organizados en empresas, incluso con carácter internacional, vivan ofreciendo sus servicios al sector turísticos en algo que ellos llaman asesoramientos, donde lo mismo aplican soluciones idénticas para una zona del Caribe, que para una modesta localidad de Los Alpes europeos.
Hemos presenciado las más increíbles situaciones de estos hechos, sin poder denunciarlos públicamente dada la importancia política de quienes estaban involucrados en los temas, pero, eso si, reclamándoles a los actores la estafa que estaban cometiendo. Las explicaciones ya se las pueden suponer: salidas del tema por todos los lados, naturalmente sin ningún poder de convicción para quienes conocemos profundamente como se ha desarrollado el turismo en el mundo y cuales son los métodos, sistemas y necesidades que se deben estudiar para el éxito del mismo.
La seriedad y la responsabilidad deberían de presidir todas las acciones que se realicen para implementar un programa estratégico de desarrollo turístico, máxime cuando se trata de empresas públicas de cuyas acciones espera la empresa privada unos resultados satisfactorios.
ALGUNOS EJEMPLOS PARA ENTENDERNOS
El estudio de las estrategias para la promoción del turismo, tiene que comenzar por la valoración de los mercados a los que podemos acceder. Para ello es fundamental tener una idea de cuales son nuestros valores, y cuales son los deseos de ese mercado. Capacidad económica, intereses culturales, de ocio, etc., tienen que ser tenidos en cuenta de forma correcta, para lo cual es necesario que dichos estudios estén avalados por los conocimientos, la honradez y la honestidad, de los profesionales que los realicen.
En los años setenta del pasado siglo en Río de Janeiro, frente mismo a la Playa de Copacabana, en una agencia de viajes, presenciamos un póster de España promocionando sus playas, algo que denunciamos públicamente. Desatinos como este hemos visto muchos a través de los años…
Solo hay que visitar las ferias de turismo, para ver la ingente cantidad de folletos, carteles, etc., que van a parar a las papeleras congestionando las mismas dentro de los propios recintos. ¿Qué decir de ese póster convertido en una multitud de celdillas que colocadas en cualquier lugar son casi imposibles de distinguir? Es un pequeño ejemplo – pero muy costoso – de cómo se desvirtúa la estrategia para captar un turismo que poco puede que ver en semejante objeto que le llame la atención.
El localizar el posible cliente, y hacerle llegar nuestra oferta de acuerdo a sus deseos, tiene que ser la firme base en la cual apoyemos nuestro trabajo. Para conseguir esto, es necesario un conocimiento especializado cuyas bases tienen que estar sostenidas en la profesionalidad.
Con estas premisas, un Plan Estratégico de Promoción del Turismo, a cualquiera de sus niveles, no debe estar condicionado por intereses políticos si no proyectado y dirigido al desarrollo económico-social de los habitantes de la zona, respetando fundamentalmente sus “señas de identidad” en las cuales tiene que estar basado dicho plan para que tenga un éxito asegurado.
Cuando en los años casi finales del pasado siglo nos enfrentábamos con los problemas sobre las estrategias a desarrollar para promocionar cualquier lugar, la distancia, el transporte y el precio tenía un alto valor. Hoy, el movimiento de la sociedad ha cambiado de una forma sorprendente para quienes no han estado pendientes de los informes mundiales sobre la misma. Todo hace predecir que el movimiento turístico seguirá su imparable marcha, según los estudios de la Organización Mundial del Turismo, a los que estamos accediendo continuamente.
El movimiento no quedará condicionado a los destinos tradicionales. Hoy el ansia de viajar se ha extendido por todo el mundo, y el costo, la distancia y el transporte, solo condicionan los lugares de destino. Según los posibilidades el turista llegará a todos los lugares, lejanos o cercanos, pero viajará.
Ahí es donde está el utilizar las estrategias oportunas para garantizarnos el éxito, según nuestra oferta y los posibles clientes.
No se puede ir a vender playas a Brasil ni al Caribe, ni nieve y montañas a Suiza. Hay que estudiar muy bien nuestros valores y los mercados donde ir con la oferta. De ahí debe de salir nuestra autentica estrategia, que si no está en manos expertas, profesionales, honestas y honradas, pueden conducirnos hacia un fracaso seguro.
La antigua UIOOT– hoy Organización Mundial de Turismo, OMT – acuñó, hace ya unos años, un eslogan que decía: “En algún lugar hay un turista para Ud.”. No lo desaprovechemos.