El Vicepresidente del Gobierno de Canarias defiende los tests en origen para garantizar la seguridad sanitaria aérea
El vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos, Román Rodríguez, defendió la necesidad de establecer protocolos que garanticen la seguridad sanitaria aérea, de modo que Canarias pueda afrontar con garantías el restablecimiento de la movilidad por esta vía.
Rodríguez realizó esta petición durante la celebración del Pleno de la Conferencia para Asuntos Relacionados con la Unión Europea, un órgano de encuentro entre las comunidades autónomas y el Gobierno de España en este ámbito, en el que participó telemáticamente desde la sede de Presidencia en Las Palmas de Gran Canaria. En Madrid se encontraban la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, y la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. La reunión, celebrada esta tarde, se extendió durante tres horas y media.
El vicepresidente explicó que la actividad económica en Canarias depende en gran medida del tráfico aéreo y “necesitamos que esa movilidad sea segura”.
Abogó, en esa dirección, por la realización de test en origen, puesto que el uso de mascarillas no es suficiente y la eliminación de asientos no es viable económicamente para los operadores. “Necesitamos que la gente que se suba al avión lo haga con el menor riesgo posible de contagiar a otros o de contagiarse”, dijo.
A la vez, consideró que los test en origen son técnicamente posibles y, aunque ahora mismo son caros, el sector privado -hoteleros y aerolíneas- estarían interesados en buscar mecanismos de concertación con el sector público para hacerlos posible.
“Si reducimos el riesgo de contagiosidad, recuperaremos rápidamente la confianza de la gente, que es la clave para la activación de la movilidad aérea”, subrayó.
También demandó un tratamiento diferenciado para Canarias en la distribución de los recursos económicos procedentes de la Unión Europea, en sintonía con la “asimetría” que ha caracterizado la pandemia en los distintos territorios, a nivel sanitario y ahora en la esfera económica.