No hay tiempo que perder porque las horas de trabajo perdidas devastan vidas
Para muchos millones de personas de todo el mundo, el turismo es mucho más que una actividad de ocio.
Nuestro sector les da la oportunidad de ganarse la vida. Y de ganar no solo un salario, sino también dignidad e igualdad. Los empleos del turismo empoderan también a las personas y les brindan una oportunidad de encontrar su lugar en sus propias sociedades, a menudo por vez primera.
Eso es lo que está hoy en riesgo.
La Organización Internacional del Trabajo, un organismo de las Naciones Unidas como lo es la OMT, ha hecho sonar la voz de alarma: hasta 1.600 millones de personas en el mundo podrían verse afectadas por una pérdida de horas de trabajo como resultado directo de la pandemia de COVID-19.
Entre ellas, se encuentran los miembros más vulnerables de nuestras sociedades, los que trabajan en la economía informal.
Muchos de ellos han contribuido a aquello que ha hecho del turismo una fuerza al servicio del bien común durante tanto tiempo, compartiendo con nosotros sus hogares, brindando servicios a los turistas y ofreciendo calurosas bienvenidas. Por ellos, debemos ser capaces de asegurar que se tomen medidas firmes y prontas para proteger el turismo y proteger los medios de vida que genera.
Detrás de las buenas palabras, estamos viendo finalmente señales de que los gobiernos se disponen a actuar. La semana pasada, me dirigí a los ministros de Turismo de los países del G20, apremiándolos a la acción. Me dirigí también a los ministros de los 27 países de la Unión Europea. Todos ellos tienen la oportunidad de fijar la agenda.
La OMT está al lado del comisario de la Unión Europea, Thierry Breton, en su llamamiento para que el 25% del total de los fondos de emergencia se orienten a ayudar al turismo. El volumen del importe refleja tanto el impacto que la COVID-19 ha tenido en el turismo europeo como la capacidad de nuestro sector de inducir un cambio positivo.
Reconociendo el largo historial del turismo como sector capaz de liderar la recuperación, la OMT tiene el honor de contar con el apoyo de Su Majestad el rey Felipe VI de España. Además de ser el hogar de la OMT, España es también uno de los primeros destinos turísticos y ha servido de ejemplo de cómo el turismo puede crecer de manera sostenible y responsable en beneficio de la mayoría.
Un apoyo de tan alto nivel, tanto entre los gobiernos nacionales como entre las organizaciones internacionales, será vital para avanzar. Los datos de la OIT sobre las horas de trabajo perdidas demuestran la importancia de actuar con rapidez. Cuanto más nos demoremos en ofrecer al turismo la reforma financiera y regulatoria que requiere, más serán las personas cuyos medios de sustento estarán en riesgo.
ZURAB POLOLIKASHVILI
SECRETARIO GENERAL