Excentricidades de los famosos en los hoteles
Los famosos –y generalmente ricos– suelen ser muy exigentes cuando viajan, tanto en cuanto al transporte como a todo lo debe rodearles en los camerinos, en sus armarios roperos y en el ambiente en que trabajan. Sus rarezas y extravagancias también afectan a los hoteles en que se alojan.
Durante sus giras, Lady Gaga viaja con su novio pero se niega totalmente a dormir con él en los hoteles donde se hospedan. Siempre reserva dos habitaciones: una para ella y otra para él. Además, quiere que el satén negro y plateado invada su habitación de hotel, así como que las paredes estén llenas de posters antiguos de sus artistas favoritos como Queen, David Bowie o Elton John. También quiere rosas frescas amarillas, blancas o de color lavanda, sofás de cuero blanco y toallas perfumadas con lavanda. En cuanto a la comida, su menú consiste en pan, mantequilla de cacahuete baja en calorías, cereales, fruta, humus y guacamole casero. Eso sí, exige 24 horas de cocina dispuesta para que le puedan preparar lo que se le antojase en cualquier momento.
Jennifer López es la reina de las manías. Cuando se aloja en un hotel se lleva sus propias sábanas porque no puede dormir en telas hechas con menos de 250 hilos. Suele pedir que cambien la iluminación de la habitación del hotel si no le gusta al llegar. Exige que haya grifería de oro y asientos nuevos en los inodoros. Además, todo tiene que ser blanco (paredes, mesas, sillas, sábanas, flores, velas...) y no puede haber productos alimenticios como bombones o bollería que puedan tentarla. Sólo come tortillas hechas de clara de huevo. Exige siempre un sillón especial para maquillarse y máquinas de deporte en las suites para ponerse en forma antes de los conciertos. También pide litros y litros de agua mineral. Como muchas veces viaja con sus gemelos durante sus giras, exige una habitación llena de juguetes para los niños.
Cada vez que se aloja en un hotel –como en el exclusivo Claridge's en Londres–, Mariah Carey insiste en que monten un gimnasio justo al lado de su suite, en la que tiene que haber dos DVD y que únicamente pueden poner su música y vídeos, tanto ella como su mascota se bañan con agua mineral francesa y tiene la costumbre de pedir sales del mar Muerto para hacerse un peeling casero. Por si esto no fuera suficiente, además, reserva todas las suites disponibles en el hotel para que nadie pueda molestarla y, de paso, pueda alojar a su equipo de estilistas, peluqueros, publicistas, asistentes, representantes y personal de seguridad.
Las exigencias de Angelina Jolie provocaron el despido del empleado del hotel Ritz de Moscú. Resulta que la estrella de Hollywood estuvo de visita allí para promocionar su película ‘Salt’ y, antes de su viaje, prohibió expresamente que se tomaran imágenes suyas en el exclusivo hotel moscovita. Por lo visto un empleado del hotel grabó unas imágenes de la actriz con su teléfono móvil y fue despedido de forma fulminante por orden de Jolie. Además, para sus pequeños, Jolie pidió previamente un menú especial, para lo que obligó a los empleados del restaurante del hotel a recorrer las mejores galerías de alimentación de la ciudad.
Cuando Miley Cyrus está en un hotel que no permite animales domésticos, trata de colarlos sin que se den cuenta... “Sólo quiero que estén acurrucados junto a mí, se me hace muy difícil dormir si ellos no están en la cama conmigo”, ha confesado. Además pide productos bajos en calorías, una leche de soja almendrada importada de EE. UU. y barras energéticas, frutas, pescado, ensaladas, pastas, agua mineral de una conocida marca y bebidas energéticas. Asimismo, la cantante exige cientos de rosas rojas en la habitación y que ésta esté aromatizada con olores a vainilla.
Julia Roberts es otra de las actrices cuyas exigencias son curiosas. Entre ellas destaca que sólo bebe agua mineral, pero no le gusta ver una botella de plástico porque no es biodegradable. Además, se dice que sólo se baña con agua mineral. En cuanto a la comida, exige que provenga de agricultura biológica sin pesticidas u otros productos químicos tóxicos para el ambiente o para la salud de los que la comen.
Otros famosos con excentricidades curiosas en los hoteles son, por ejemplo, Gerard Depardieu, que se cuela en las cocinas de los hoteles en los que se aloja para copiar las recetas de los chefs. Nicole Kidman es muy “peculiar” a la hora de dormir cuando se aloja en un hotel, se lleva sus propias sábanas y deja unas instrucciones determinadas para hacer su cama. A Bruce Willis le gusta montar fiestas en los hoteles, pero su manía por la limpieza le hace retirar los muebles y enrollar las alfombras para que no se manchen.
Rihanna exige que su estilista viaje con ella y esté disponible en todo momento. Tiene pasión por las chucherías y la comida basura: una vez ordenó que le enviaran volando a su hotel catorce paquetes de galletas Oreo, cuatro bolsas de patatas fritas con sabor a queso, nueve botes de helado y seis pizzas familiares.
Madonna es otra con rarezas extravagantes. La diva del pop pide que se cambie el WC de la habitación donde se hospeda y que después de su visita se destruya para que no pueda ser vendido o subastado. En el hotel donde se quede tienen que apagar las luces del jardín por la noche para poder ver las estrellas, quiere rosas blancas recién cortadas a una medida exacta y tienen que modificar la distribución de la habitación a su gusto.
Katy Perry confiesa que no puede evitar llevarse todo tipo de objetos cuando se aloja en algún hotel y que su predilección para ello son las almohadas: "Robo almohadas de cada uno de los sitios en los que me quedo. Soy como “La Princesa y la Habichuela”, simplemente me tumbo en una gran pila de almohadas en una habitación grande", explica la cantante. Pero Perry no sólo roba almohadas, también tiene la costumbre de coger aquello que ve como si se tratase de un gran almacén, pero sin pagar lo que se lleva. "Cuando tenía 17 años, fui a un hotel encantador en Japón y me llevé todo. Estuve diciendo al servicio de habitaciones: más lociones, por favor, más chocolate, por favor".
Por último, las manías culinarias de tres famosas rubias: Shakira, siempre que sale de gira, pide en su hotel 30 litros de agua sin gas y 29 gaseosas. También pide leche desnatada y muchas pajitas para no estropearse el pintalabios al beber. Christina Aguilera quiere leche, queso, bandejas de vegetales, batido de vainilla, frutas y bandejas de embutidos, todos orgánicos. Además, una botella de vitaminas de los Picapiedra. Y Britney Spears pide que haya siempre ensaladas de camarones y langostinos, bebidas energéticas, chicles, caramelos y cereales en los hoteles donde se aloja. También solicita dos espejos y una tabla de planchar con su correspondiente plancha.