Carajillo... su historia
Suele servirse en vaso pequeño. Es típico de España y su origen se remonta a la época en la que Cuba era colonia española y los soldados combinaban café con ron para coger "corajillo", de coraje, y de ahí, carajillo.
Otras fuentes citan que en la Estación de Francia de Barcelona los arrieros que esperaban el turno de carga, en lugar de pedir café y copa, pedían que se lo mezclaran, diciendo "que ara guillo" (que ahora me voy). De ahí el apócope "caraguillo" y su posterior desviación fonética. En Mallorca (Baleares) y Valencia, se conoce al carajillo como rebentat (en catalán: reventado, explotado, estallado) y en Cartagena (Murcia) se le conoce como asiático (café) - antes 'ruso'. Fuera de España se encuentran bebidas parecidas como el caffè corretto de Italia, hecho tradicionalmente con grappa o el muy famoso café irlandés de café con whisky. En el ejército británico existía una tradición de echar ron, whisky o brandy al té (o café) en el desayuno de las mañanas de batalla y a esta bebida le llaman 'gunfire' (tiroteo, fuego de armas).
Aunque el carajillo se conoce en todas partes de España, la manera exacta de preparar un carajillo varia un poco entre regiones. En Cataluña, por ejemplo, suele presentarse en su forma más sencilla de café con brandy (sin quemar) y con el azúcar aparte, para que el consumidor lo añada a su gusto. En el País Vasco, en cambio la preparación suele ser un poco más elaborada. Ahí es normal calentar y quemar parcialmente el alcohol en el vaso, junto con el azúcar, sirviéndose todo con unos granos de café y un trocito de corteza de limón o naranja. Esta versión suele ser la preferida también de las coctelerías y de los restaurantes de alto rango cuando se exige una versión más lujosa (y más cara).
- Una 'receta típica' podría consistir en combinar tres partes de café con una de brandy (u otro destilado).
- Primero calentar el licor al que se añade unos granos de café, una corteza de limon y el azúcar. También hay quien incluye un pedacito de canela en rama en este momento.
- Al conjunto se prende fuego y se remueve hasta que el alcohol se haya rebajado un poco y las aromas se hayan potenciado y mezclado entre sí. Se apaga tapándolo con un platito de café.
- Mientras tanto se prepara un vaso de café. Como último se junta todo en este mismo vaso y se sirve bien caliente.