XXXV Concurso “AMABLES DEL TURISMO Y CONVIVENCIA CIUDADANA”

El 27 de abril de 1979 llega a la presidencia del Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife, D. José Sabaté Forns, un enérgico, valeroso, culto y tenaz luchador, con una admirable capacidad para la comunicación. Gran conocedor de los más diversos espacios turísticos. Acababa de finalizar una excelente etapa como Presidente ejecutivo del primer Patronato de Turismo en España, perteneciente al Cabildo, que fue el verdadero promotor de la isla. Este hito histórico, que él inicio en 1973 representó una inteligente adaptación a las nuevas exigencias de los mercados. Una vez más el CIT de Santa Cruz de Tenerife jugó un papel fundamental siendo el promotor de este primordial instrumento de trabajo.

D. José Sabaté arribó al CIT con una gran carga de experiencia que fue complementada por el portentoso quehacer de los anteriores equipos que iniciaron esta organización a principios de los años sesenta. Él deseaba continuar su trabajo en favor de Tenerife y para ello se comprometió ampliamente, a través del CIT. Estudió Ciencias Económicas y es una de esas personas a las que las palabras voluntad y constancia no le producen pavor. Ha ocupado cargos de alta responsabilidad como Consejero del Cabildo de Tenerife, Presidente del Hospital Universitario, Vicepresidente de la Caja de Ahorros, Presidente de SOGARTE, Vicepresidente de la Cámara de Comercio, entre otros. Es un hombre de equipo y por ello, siempre ha reconocido el intenso trabajo que han aportado a los Centros de Iniciativas y Turismo relevantes e ilustres personajes como: Martín Tabares de Nava, Alonso Fernández del Castillo, José Antonio Duque, Juan Fuentes y Beltrán, Cándido Luis García Sanjuán, Elías Ramos, Roque Quirós, Angel Piñeiro, Gregorio Etner, Jesús Monteverde, Jesús Artal, J. Ventura Hernández -Francés, Juan Cólogan, Antonio Soler, Juanjo Iglesias, Gerardo Gleixner, Enrique Talg, Opelio Rodríguez Peña, Carlos Silva, Leopoldo Cebrián, Lorenzo Dorta, Jorge Vila Fradera, Rafael Clavijo, Mª Dolores Pallicer, Gloria Salgado, Cristina Ponte y Mari Carmen Togores, entre otros muchos.

En aquellos momentos el CIT, deseaba impetuosamente y estaba convencido de que la capital tenía que recuperar inexcusablemente la actividad turística que tuvo en tiempos pretéritos; cuando a finales del siglo XIX, comenzaron a llegar los primeros turistas. Nos frecuentaban las clases más pudientes europeas, gracias al puerto de la ciudad, que les daba la ocasión de conocer este bello enclave atlántico ya que la mayoría de los buques que partían hacia América o África Occidental hacían escala obligada en la capital de Canarias. Santa Cruz fue la primera ciudad turística del archipiélago, hasta el desarrollo de la aviación comercial en la isla, durante la segunda mitad del siglo XX. A partir de ese momento los dirigentes capitalinos, decidieron erróneamente desvincularse de este gran negocio y desarrollarlo en el norte de la isla. Paralelamente, en 1927, se produce un acontecimiento sin precedentes, la creación de una nueva provincia en el archipiélago, con su capital en Las Palmas de Gran Canaria, que también inicia su incursión en el sector turístico, con gran éxito; y colateralmente potenciando el Puerto de La Luz en Las Palmas como puerto principal del archipiélago. Todo ello hace retroceder turísticamente a Santa Cruz.

El CIT lo completaban uno elenco de profesional muy experimentados: Melchor Alonso, Jesús Artal Aramendi, Santiago Díaz González, Antonio Molano, Jacinto Correa, Jaime Piqué, Alberto González Pérez, Luciano Lemus, José Delgado Díaz, Cándido García Sanjuán, Antonio Buenafuente, Bernabé Hernández González, José García Ortoll, José Emilio García Gómez, Julio Díaz Izquierdo, Manuel Bethencourt Pestano, Guillermo Martínez Valenzuela, Kishu Bohjamal, Jerónimo Delgado Delgado, Ramón Baudet, Arturo Rodríguez, Joaquín Acuña, Tomás de Armas, Alfonso Román Marcos, Tomás Cano, Eduardo Martín Suárez etc.

Todos estaban convencidos de las especiales y singulares condiciones que tenía esta hermosa ciudad, con bellos parques, plazas, ramblas, uno de los mejores climas de Canarias, cerca de dos magníficos aeropuertos y con un gran puerto. Coincidían en la idea de que Santa Cruz adolecía de un mandatario que comprendiera y fuese sensible con el sector turístico, propulsor económico de la isla. El turismo era posible y necesario en esta generosa urbe y más cuando ya recibíamos en la isla varios millones de turistas al año. Han pasado varias décadas y todavía no hemos desarrollado plenamente ese proyecto capital.

El 31 de mayo de 1979, la entidad llega a una importante y trascendental conclusión. El patrimonio más importante para el desarrollo del sector era el factor humano. La formación en esta materia estaba por desplegarse y había que potenciar la profesionalidad y estimular la amabilidad, el buen trato, la cordialidad y la convivencia ciudadana, con el objetivo de hacer nuestro destino más grato, cómodo y agradable para los ciudadanos y por lo tanto para aquellos que nos honraban con su visita. El turismo era ya una substancial actividad social y económica que requería una participación especializada para su buen desarrollo. Comenzábamos, pero había cientos de carencias que había que paliar y para ello, había que destacar el factor humano, es decir, nosotros… las personas.

Por ello hace tres décadas nacen los premios “Amables del Turismo y Convivencia Ciudadana” con el objetivo de potenciar a los principales actores y reconocerles su buen hacer. En 1979 se hace entrega de los galardones inaugurales, convirtiéndose en el premio decano en Canarias. Dicho acto se desarrolló en el noble salón de plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz presidido por su entonces alcalde D. Manuel Hermoso Rojas y por el Presidente del Cabildo, D. José Miguel Galván Bello. Distinguiendo a los siguientes: al director de bares y restaurante Juan Pinilla Vila; a los guías turísticos Antonio Mesa Pérez y Mario González Ruíz; en transportes marítimos a Manuel Casanova Rodríguez; al Policía Local, Elpidio Díaz Rodriguez; al Taxista José Duran Rodríguez; al conductor de guaguas, Eleuterio Rodriguez Rancel; a la difusora del tipismo canario Luisa Machado Machado; a los trabajadores de hoteles, Olga Mirian García Llavona y a Juan Torres Canoto; al artesano Sixto Fernández del Castillo y a los Funcionarios del Patronato de Turismo del Cabildo de Tenerife, artífices de una colosal labor en el posicionamiento de la isla en los mercados internacionales.

Han transcurrido 30 años e ininterrumpidamente, esta institución sigue galardonado a los que han aportado importantes dosis de experiencia a este sector. El Premio siempre se ha caracterizado por no entender de clases sociales, ideologías políticas, jerarquías profesionales; todos y cada uno de nosotros sin excepción somos fundamentales en el turismo. Han sido laureados: taxistas, conductores de guaguas, camareros, empresarios, policías, periodistas, agentes de viajes, cocineros, guías, hoteleros, artesanos, escritores, pintores, funcionarios, navieras, compañías aéreas, turoperadores, jardineros, notarios, fotógrafos, médicos, cónsules, carnavaleros, deportistas, folcloristas, azafatas, sacerdotes, museos, capitanes de barco, farmacéuticos, fundaciones, ONGs, y un largo etc. Sin reparar en catalogaciones materiales sino en la labor humana, el valor profesional y el amor desinteresado por nuestra tierra, su gente y sus visitantes. A todos ellos gracias por un legado lleno de amor, profesionalidad, desinterés, amabilidad y cordialidad con nuestros turistas, compatriotas o vecinos del mundo.

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