Esto es lo que sucede cuando vas a Marruecos
Marruecos es un fascinante país de contrastes, una experiencia única e inolvidable que no te puedes perder. Pasea por la Medina, piérdete en el laberinto de sus calles, compra y regatea en coloridos bazares o tiendas de artesanía, descubre tradiciones, comida y estilo de vida, disfruta de la amabilidad de sus gente y déjate seducir... Explora sus palacios, mezquitas, madrazas, su rica historia, cultura y déjeme encantar por todo lo que tiene que ofrecerte.
Dia 1:
Tras la ajetreada llegada a Tánger; luego te la narraré, seguro que sonríes con la cantidad de anécdotas que pasaron. Me instale en el prestigioso ISITT (Instituto Internacional de Turismo de Tánger) que me daba flashbacks al centro donde pase mis estudios secundarios.
Comencé la jornada con un reconfortante desayuno, que no te voy a engañar, no tenía ni idea de cómo se comía, se podía ver como los locales se partían la caja conmigo. Te puedes creer que le tenía que echar la miel, el queso y la mermelada encima de la torta… me la comí sola y sabia a rayos.
Seguidamente nos explicaron el funcionamiento de la academia. Por las mañanas “meetings” con diferentes e importantes del turismo de Marruecos y a partir del mediodía salíamos a visitar ciudades, pueblos, monumentos, memoriales.… Yo estaba como un pollo sin cabeza y además tenía el Schedule antiguo, por lo que llegue tarde a la primera charla, pero amigos, use esto a mi favor, como excusa para sumergirme dentro de algún grupo, y si, tuve un gran éxito.
Ubiquémonos 14km al oeste de Tánger, según el guía esta la atracción más turística de la ciudad, LAS CUEVAS DE HÉRCULES, wow!!, hasta escribirlo me sigue imponiendo y transmitiendo tanto, como se puede tener una cueva tan bella, llena de vida y de alegría. Pero a su vez tengo una pregunta: ¿De dónde salía tanta gente, si tampoco era tan grande? El factor turístico le hizo perder valor.
Una de las leyendas cuenta, el héroe griego, Heracles estuvo unos días en la cueva antes de llevar a cabo su undécimo trabajo en el que debía robar las manzanas del jardín de las Hespérides. La segunda expone que pego un puñetazo de tal magnitud que separo los dos continentes (Europa y África)
Día 2:
Como el anterior, al amanecer, hacer ejercicio, desayunar y estudios. Luego a las excavaciones de Lixus, una antigua ciudad portuaria que abasteció a gran parte del mediterráneo, ubicada junto al actual río Lucus.
Una cosa que no sabéis y me parece el hecho más inteligente de los marroquís, es que ellos por la mañana no salen a la calle. La jornada era tan caluroso, que me quede pegado en el sillón y por alguna razón, Lixus era la sede mundial de los mosquitos, no obstante, no soy de sangre dulce y me libre de sus ataques. Una compañera de Fijet recibió unas 26 picaduras por todo el cuerpo. Muy probablemente hayas visto Gladiator, si no has visto esta obra de arte acaba de leerme y échale un vistazo a la película. Las extracciones y restos me sumergieron dentro del film, me sentí el protagonista caminando por el anfiteatro y palpaba la libertad tocando el pasto.
Día 3:
Video de Chefchaouen, La perla azul de marruecos
Día 4:
Dedicarle tiempo a Tánger es imprescindible. Es reconocido por su fuerte identidad multicultural, forjada a mitad del siglo pasado cuando fue distinguida como una gran urbe cosmopolita y lugar de interés de numerosos artistas y personajes influyentes. Desde el momento en que piso su calle principal, el Boulevard Pasteur, puedo observar como la influencia extranjera se multiplica. La ciudad vive al anochecer. A la vez posee el puerto más importante del continente africano. Tánger Med, se posiciona estratégicamente entre Europa, América y África.
Mis compañeras marroquís me propusieron saltarme la visita programada de hoy, tocaba ir a la fábrica de Renault. Por lo que planeamos disfrutar de Dalia Beach, una hora. Planeaban ir en taxi y claro me vino a la cabeza como es en España, empecé a volverme loco y decir que no era una buena idea. Ese tiempo y distancia son unos 120€, todo cambio cuando me comentaron que costaría 90 Dirhams, convirtiéndolo a euros, 8 y ya si lo dividimos entre seis, el conductor te debe dinero. Fue sorpréndete, todo muy barato y te cobran por todo: ver cuanto medias y pesabas en la calle, entrar a la playa, sacarte fotos, sentarte etc...
La playa es espectacular; me emocioné cuando salí del taxi, se podía ver Algeciras y Gibraltar. Fue un momento gracioso, porque al ser español mis amigos me decían que podía ir nadando a mi casa. Me di un baño relajante con aguas del mar Alborán que son cálidas y además podías ver como cientos de embarcaciones pasaban por allí.
Tánger es el punto perfecto de partida para conocer este gran país.
Día 5:
Tras la mañana de formación, nos llevaron a Tetuán, con rasgos andalusíes. Sus habitantes han conservado como segunda lengua el español. Visitar el mercado fue uno de los mejores placeres que pude vivir, sentirme uno más entre medio de los pobladores no tiene precio, dialogar con ellos, tomar te, rezar, descubrir el comercio, la gastronomía.… Tetuán me arropo con su autenticidad y su hospitalidad.
Esta ha sido mi experiencia, eche en falta la compañía de un cercano para compartir las vivencias.
Aquí te adjunto un poco de palique, seguro te interesa esta relacionado con el país.
Gastronomía:
En cuanto al tópico de la comida, si te gusta experimentar nuevos sabores, las propuestas culinarias son una combinación de especies con salados y dulces. La gastronomía es muy variada, con recetas muy exóticas.
- Tajin: una especie de estofado que, en realidad, admite prácticamente cualquier ingrediente… siempre y cuando se cocine y se sirva en su característica cazuela de barro con tapa cónica. De pollo, de buey, de cordero, de pescado, con dátiles, pasas, manzanas, aceitunas, almendras, huevos…
- Cuscús: sémola de trigo, sobre esa base se elaboran numerosos platos. Con carne, por ejemplo, de cordero, pero lo que más riqueza aporta son las verduras y las legumbres.
- Bissara: es un puré de habas, sencillo y humilde, pero muy arraigado en la gastronomía marroquí.
- Harira: sopa tradicional que, además de añadir fideos, ofrece ricos tropezones, principalmente de carne, tomates y diferentes legumbres como las lentejas o los garbanzos.
Cultura:
Marruecos cuenta con una cultura única. Con unas tradiciones muy ancestrales mientras abre sus puertas a una modernidad que le está permitiendo brillar. El principal atractivo es su hospitalidad. Todos los visitamos este país descubrimos que la generosidad y aceptación ocupan lugares centrales en su cultura. Además, habitualmente, los marroquíes lo hacen con toda la sinceridad: desde la invitación a tomar el famoso té, hasta asistir a una celebración mientras disfrutan de un delicioso tajín familiar. La hospitalidad es tan importante que rechazar una invitación es percibido como una ofensa. Aceptar estos gestos afables es aumentar las posibilidades de conocer en profundidad este gran pueblo y, por lo tanto, impregnarse de su cultura, tradiciones e historia.
Día 0:
La aventura comenzó al salir del aeropuerto, mi objetivo era ubicar el cartel donde estuviese mi nombre escrito, lo sujetaba un señor de mediana edad, con una tez oscura, pelo canoso, que solamente hablaba: árabe y francés (solo el 30% de la población tiene como segunda lengua el francés); yo no entendía ninguno de los dos idiomas, pueden imaginarse esa conversación mezclando cinco tipos de jergas y sin conseguir entender nada.
Me dirigí a Casablanca, a unos 40 minutos, el medio de transporte me sorprendió al ser un minibús y yo era el único pasajero, la intención era recoger a otros colegas del programa “Fijet Academy for Young Journalists”.
Cuando nos acercábamos a Casablanca me impacto la cantidad de policía que transitan las calles, esto me otorgo una gran tranquilidad y confianza. A su vez me pareció una de las ciudades más caóticas que he visitado jamás, carreteras con tres carriles en las que circulaban cuatro vehículos, personas cruzando y una cantidad de vida desmesurada. Para sorpresa del conductor y mía, los otros compañeros ya habían partido a Tánger (ciudad donde residiré). Me recogió otro ciudadano de padre senegalés y madre marroquí, su nombre Abdesslam, era muy gracioso y le encantaba la música española, sin embargo, no nos entendíamos nada de nada. Me invito a su casa, me ofreció comida típica y me explico mediante un intermediario lo que estaba pasando. Los compañeros que estábamos esperando, decidieron ir en tren a Tánger. Posteriormente, llegan otros compañeros de Eslovaquia, dos chicas. El trayecto fue de unas cuatro horas y media en coche, a medida que pasaban las horas el sillón iba cambiando su forma y se sentía como una piedra, el cansancio me invadía y las fuerzas se me apagaban, pude dormir algo. Desperté a la entrada a Tánger, una enorme avenida cruzaba la cuidad y el puerto, sin duda tenía mucho más encanto que Casablanca, compartían el mismo caos, pero me enamoro.
Ha sido una experiencia inolvidable de la mano de Fijet, tener trato con jóvenes de diez países, es increíble, saber cómo son las personas, su forma de pensar, como actúan etc.… me proporcionó un gran conocimiento y me abrió los ojos al mundo, refrescándome que no solo existe un país, un idioma y una cultura. Un viaje muy bien organizado, la compañía excelente, el equipo ¡insuperable! Un destino recomendable por las maravillas artísticas y naturales conocidas y las no tan maravillosas humanas vividas…