José de Anchieta fundador de Brasil
Nació el 19 de marzo de 1533 en San Cristóbal de la Laguna en la isla de Tenerife en España. Ingresó muy joven en la universidad portuguesa de Coimbra.
Fue ordenado sacerdote e ingresó en la Compañía de Jesús en el año 1550. Tres años después fue destinado como provincial de la Orden a Brasil.Convirtió al cristianismo a millones de indígenas y fundó una misión en el lugar en que años después sería la ciudad de São Paulo. A él se debe la primera gramática de la lengua tupí, 'Arte de gramática de lingoa mais usada na costa do Brazil', impresa en 1595. Escribió varios libros sobre temas históricos y el poema La vida de la santa virgen.
En Brasil se le considera fundador de la nación y de la Iglesia local, al mismo tiempo que patrono nacional. El 22 de junio de 1980, el Papa Juan Pablo II mandó que se le contase entre el número de los Beatos.
Fue un misionero jesuita y santo español en Brasil. Además, fue un destacado lingüista, literato, médico, arquitecto, ingeniero, humanista y poeta. Es el primer dramaturgo, el primer gramático y poeta nacido en las Islas Canarias y el padre de la literatura brasileña.
A la edad de 13 años fue enviado a la portuguesa Universidad de Coímbra en 1548. Su padre Juan de Anchieta era vasco y primo de San Ignacio de Loyola. Su madre era hija de Sebastián de Llerena, judío converso del reino de Castilla. Fue uno de los fundadores de las ciudades de São Paulo y Río de Janeiro. El Padre José de Anchieta fue además el estandarizador de la lengua tupí.
Fue beatificado por el papa Juan Pablo II en 1980, en una solemne ceremonia realizada en la vaticana Basílica de San Pedro. Debido a su dedicación misionera y evangélica, se le llama el "Apóstol de Brasil" y fue declarado por el papa Benedicto XVI como uno de los trece Intercesores de la Jornada Mundial de la Juventud 2013, que se celebró en Rio de Janeiro.
El Padre Anchieta fue canonizado el 3 de abril de 2014 por el papa Francisco. Es, por lo tanto, el segundo santo nativo de las Islas Canarias tras Pedro de San José Betancur y también considerado como el tercer santo de Brasil, debido a que realizó su obra misionera en lo que actualmente es ese país americano.
Primeros años
José de Anchieta era hijo de Juan de Anchieta Zelayarán (natural de Urrestilla, barrio de la villa de Azpeitia, en la provincia de Guipúzcoa, País Vasco, primo de San Ignacio de Loyola) y de Mencía Díaz de Clavijo y Llerena, descendiente por línea materna de la nobleza canaria, pero al mismo tiempo hija de judío converso. Su padre fue también alcalde de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna.
En 1548, a la edad de 13 años, partió con destino a Coimbra, en Portugal, con objeto de cursar estudios religiosos en la célebre universidad de aquella ciudad. José se convirtió poco a poco en un distinguido alumno, gran amante de la poesía y de la buena prosa. Componía versos latinos, castellanos y portugueses con extrema facilidad.
En mayo de 1551 ingresó en la Compañía de Jesús. Sus excesos en la penitencia y las muchas horas de oración de rodillas le causaron una dolencia permanente en la columna vertebral. Pidió ser enviado al Brasil, pues, ya que "en estas partes su enfermedad era incurable, le dejasen ir a morir entre los infieles, donde podría servir por lo menos para enseñar a los niños".
Zarpó de Lisboa para el Brasil el 17 abril 1553, en la tercera expedición de siete jesuitas, y llegó el 13 de julio 1553 a Salvador de la Bahía de Todos los Santos, y a la Capitanía de San Vicente el 24 de diciembre. Su superior, padre Manuel de Nóbrega, lo acogería en la pequeña población de Piratininga.
Según la práctica misionera de entonces, José se dispuso a aprender la lengua indígena del lugar, en este caso la lengua tupí, en la que llegaría a escribir versos e incluso obras de teatro. Un día, habiéndose adentrado en la selva, se encontró con unos indios que torturaban a un enemigo. Entonces, aplicando su conocimiento de la lengua amerindia, empezó a evangelizar a los captores hasta conseguir que soltaran a su cautivo.
Con 21 años se dice que realizaba prodigios que fascinaban a los demás jesuitas, como levitar al orar ante la Virgen, o iluminarse la choza en la que se hallaba orando ante imágenes sagradas que incluso le respondían.
Ruta de evangelización
En una pequeña piragua embarcarían él, el padre Manuel de Nóbrega y un joven indio, evangelizado y leal a José. Atacados por un grupo de tamoyos, mataron al joven servidor indígena. José les hizo entrar en razón y lo llevaron al jefe, quien acogió a Anchieta y los suyos como huéspedes. De hecho, José siempre ejercería como pacificador entre los portugueses y las tribus de la Amazonia. Cierto día, Anchieta y Nóbrega decidieron celebrar la eucaristía ante aquellos indios, quienes quedaron admirados al leérseles en su lengua el texto de la Biblia y oír la consiguiente homilía. Tras esto, José utilizaría sus dotes de poeta para componer motetes que cantarían los mismos indios en las ceremonias cristianas. Se hizo tan famoso que muchas tribus pugnaban por acogerlo.
Aconteció que el padre Nóbrega hubo de marchar para formalizar en la ciudad un tratado que sellara la concordia y convivencia entre tupis y portugueses. Tras la marcha, José continuó su misión. Con el hechicero de la tribu, Anchieta aprendió no pocos secretos de su medicina.
Contribuyó a la fundación de las ciudades portuguesa de San Pablo de Piratininga y de San Sebastián de Río de Janeiro.
Tras el fallecimiento de Nóbrega por una enfermedad contraída en la selva. José se convertiría en director del colegio de San Vicente y dos años después, marcharía a Europa. Al regreso recalaría en las Islas Canarias, su lugar de nacimiento, para luego volver a Bahía, en Brasil.
Con 49 años había conseguido reputación de santidad en la colonia brasileña, donde muchos acudían a él en busca de ayuda espiritual y curación. A partir de 1588 ya era considerado "el apóstol del Brasil," amén de celebrado escritor: escribió un libro de medicina, de fauna y flora de Brasil y un libro de poesía y de cánticos.
El 9 de junio de 1597 moriría en la aldea de Reritiba, llamada posteriormente "Anchieta" en su honor. Él mismo había predicho el día y la hora de su muerte.
En 1960 se instaló en San Cristóbal de La Laguna —su ciudad natal— una estatua en su honor, obra del artista italo-brasileño Bruno Giorgi. Dicha estatua fue un regalo del Gobierno de Brasil a la ciudad natal del santo. Existe además otra importante estatua suya junto a la Catedral Metropolitana de São Paulo.
En la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, santuario de la patrona de las Islas Canarias, se encuentra una pintura que representa a San José de Anchieta fundando la ciudad de São Paulo mientras tiene lugar una aparición mariana.